La cefalea es el 10.o síntoma más frecuente en las mujeres y el 14.o en los hombres, y presenta su pico de prevalencia alrededor de los 40 años1. A partir de los 65 años, aunque es menos frecuente que en individuos jóvenes, una cefalea de nueva aparición o el cambio de patrón en una cefalea crónica se presentan como un reto diagnóstico debido al aumento de la incidencia de causas secundarias a enfermedades malignas en este grupo de población2. Algunas de las cefaleas secundarias en pacientes de edad avanzada incluyen la hemorragia subaracnoidea o intracraneal, el ictus isquémico, farmacológicas, las arteritis de la temporal y los tumores o la infección del sistema nervioso central (SNC)2. Las cefaleas de tipo clúster (CC) pertenecen a un grupo denominado cefaleas trigémino-autonómicas (CTA) (Tabla 1). Las CTA son cefaleas primarias con un fenotipo clínico común consistente en dolor trigeminal unilateral junto con síntomas autonómicos ipsilaterales, que incluyen lagrimeo, rinorrea y miosis3,4. La edad media de inicio suelen ser los 28-30 años de edad, por lo que se debe tener especial precaución al diagnosticarla en pacientes de edad avanzada. Debido a esta excepcionalidad, se requieren estudios de neuroimagen para descartar causas secundarias2. Presentamos un caso clínico de una cefalea inicialmente orientada como cefalea primaria de tipo clúster en un paciente de edad avanzada; la clínica de la cefalea y la respiratoria hacen sospechar de enfermedad maligna antes de la aparición de focalidad neurológica y de la realización del diagnóstico mediante pruebas de imagen.
Palabras clave: Cefalea. Síntomas. Enfermedad.